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Nelly Perazzo

Miembro de Número de la
Academia Nacional de Bellas Artes 

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Es muy interesante que Mónica Canzio haya hecho de la Venus prehistórica de Lespugue, venus adiposa de muy equilibrada síntesis de formas, el eje de su exposición.

Ella lo ha encarado como un tema con variaciones.

No es de extrañar que como buena escultora haya preferido una figura tan táctil como esta Venus. Lo visual sugiere lo táctil muy fuertemente.

Y ella ha traspuesto la imagen de la figura prehistórica como ejercicio donde cada técnica, cada material le han dado la posibilidad de soluciones diferentes.

Vacía, plena, por acumulación, por cintas que se cruzan determinándola, con color o no, con variaciones de superficies, Mónica Canzio se ha proporcionado un verdadero festín en torno a la Venus Auriñaciense.

Dicen los arqueólogos que la primera de las artes cultivada por el hombre prehistórico fue la escultura.

Esa pasión por “dar forma” se encarna nuevamente en nuestra artista.

Si en aquellos inaugurales hacedores su obra estaba vinculada a los mitos de fecundidad, nuestra libre artista del s. XXI, se permite la cita y juega con la memoria y la penetra de muchas maneras.

           

¿Qué preguntas pueden acompañar esta muestra?

¿Por qué propuso ese salto en el tiempo?

¿Cuál de los materiales le parece que le permitió aproximarse más a lo que quería?

Y así sucesivamente, el público puede plantear sus propias reflexiones.

 

Felicitaciones, querida Mónica!

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NELLY PERAZZO

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